La gente duerme antes de las doce,
y la vecina de a lado me hace partícipe
de sus problemas meramente rectales
y que prefiere la "A" a la "Oh" en el amor,
cuando la gente duerme antes de las doce
y yo prefiero nocturnos y autodidactas recitales.
El marido de mi vecina es un hijo de puta,
mi vecina es una mujer después de media noche
y yo soy un poeta escribiendo de amor a su musa.
Ya es la una y en esta terrible soledad
sólo miro radiante el recuerdo de la luna.
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