junio 04, 2015

No es mucho lo que soy

No es mucho lo que soy
y sin embargo creo tanto en mí
como creo en el dios por mis dogmas desterrado
y no es esto lo que me implica un problema
sino la fe que este mundo de arrabales
en mí tiene y esta fiereza de los tiempos
que me envejecen pronto sin dar tregua.

Mi corazón está enfermo y vilmente podrido
lo digo sin metáforas ni alusiones retóricas
mi corazón ha peleado ya mil batallas
y necesita más que el ron de las noches
necesita reposo y un buen bisturí de un médico
al que al ver mi pecho no le falten agallas.

No es mucho lo que soy
y sin embargo me pesa la gente que cree en mí
aquellos que me han visto sortear la adversidad
los que me han visto beber y mis versos leído
la gente que a pesar de los raquíticos momios
apuesta por mí y por lo que cree soy
a pesar de traer el alma escarchada de sal.

Y yo no soy más que un triste bebedor que escribe
un loco bien portado salido de los arrabales
en los que la muerte te llena de vicio y de fiebre
yo no soy más que un malviviente con suerte
que ha sabido vivir para beberse su propia vida
esperando un final exquisitamente latente.

Y entonces, me embarga un cúmulo de pena
de nostalgia, de arrepentimiento en la condena
entonces me embarga una lágrima sin barca
que en la esquina de mi habitación se estanca.

Yo no he sabido más que amar, embrutecido
por la letra, por el alcohol, por los latires azules
de este corazón que ha dejado todo escrito
esperando que el recuerdo futuro y nacarado
no falte nunca mi abrazo ni deba a caso nada
si es que no esté, yo, con todos mis vicios.

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