Algunas veces en la misma silla descanso
del trajín acontecido en el espeso diario
me quito la corbata y los zapatos
pero nunca estas ganas de querer más
más amor, más alegrías, más dinero
más letras, más versos, más abrazos
más razones para sentirme vivo y pleno.
Hoy en ella descanso, bebo algo de ron
pienso en Janeth -sonrío como el idiota que soy
cuando lo hago-, enciendo pilas de cigarrillos
con la firme intención de apagarme el corazón
mientras escucho el cantar torpe de los grillos
y pongo una marca negra donde situado estoy.
El estado potencial del hombre radica
en la demencia arropada por la sapiencia
y por las ganas de salir avante de la pira
que cocina el amor, la suerte y propia vida.
En esta misma silla del mundo descanso
mientras bebo y fumo lo más vil del tabaco.
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