Hemos sido impúnemente tibios y corbardes
defraudadores de la grandeza legada
nos convertimos en servilismo y en pecadores
en consumidores de nuestras atormentadas almas
en terrones de azucar en la boca de un caballo
en torpes e insensatos seres merodeadores
de la gloria que dejamos aplastar en el pasado.
Hemos sido vilmente y sin piedad perseguidos
pretendiendo un día cualquiera ser perseguidores
y no somos ni estamos más que vilmente jodidos.
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