Estoy rehaciendo mi terrible inventario
pasando ya embriagado la cruenta lista
de las necesidades de este ser en el que encajo
desde hace un par de años siguiendo tu pista.
Yo siempre he sido un idiota en vías de superarse
y a pesar de mis años aventajados a lo podrido
no he conseguido que por fin te quedes conmigo
para que juntos miremos al diablo marcharse.
En el azul violáceo de mi terrible horizonte
me faltas tú abrazándome ante la copiosa nada
en la que tus brazos me dictan ser un gigante
y aquel cabrón al que ames a carcajadas.
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