agosto 15, 2013

Tanto nos falta y no las ganas

Tanto nos falta y no las ganas,
el recital de una luna demente,
un dios que se tiña las canas,
las sábanas y el blanco precedente.

Tuve una vez una paloma
parda cual itinerante visita,
una flor que perdió el aroma
al encontrarse al cementerio adscrita.

Y reí también como imbécil
y entre los tragos y el tabaco obtuve
de la vida una cierta tesis,
una guirnalda, un verso que contuve
entre las piernas cual diuresis.

Tuve los sueños del suicida,
la boca del amante, los dolores
vibrantes, un quicio de vida
tatuado en la piel de los sinsabores.

Y en la hojalata y la basura
buscaba lugar para coronarme
de noches y noches a oscuras,
la razón para cobijarme
del destino y su feroz espesura.

Tuve una vez entre mis sueños
una voluta de humo y manso fuego,
un tenue despertar risueño
donde tus manos jugaban mi juego.

Tanto nos falta y no las ganas,
si tu boca me busca las fisuras
y el abrazo viste de grana
los temores de esta mutua locura.

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