agosto 20, 2013

Así las cosas por aquí y a estas horas

"...De la desgracia y el daño, 
nada importa, si está presente
o fue pasado;
siempre le digo a la gente
que a los ojos me suele ver:
a todo me he acostumbrado
menos a no beber..."

Gato Pardowski.

Así las cosas por aquí y a estas horas,
los demonios tan pronto vienen y van
a talar los bosques que arroparon mi canto
y los dioses que creí nunca más serán.

Ayer la luna nacarada mostraba su hoz
y a quemarropa me besaba el cuello,
la noche decía amarme demente
enmarcando en mis labios su sello
y el canto del grillo decía libertad
a pesar de estar inmerso en la mar.

Y mi nada era un todo que no naufragaba
entre los andares que perdieron el levante
y este lodo que embardurna parda la nada.

Tanta razón tuvieron los que otrora hablaron
de belleza en la locura pétrea de las manos
que escriben y en la boca un verso consumaron,
tanta razón y cuán eternamente tristes y cercanos
elucubraron el corazón y la negra sangre rondaron.

Así las cosas por aquí y a estas horas,
cuando ha venido un niño descalzo
al último vagón del tren a pedir una moneda,
de mi bebida un trago, de mi tiempo la aurora
y la soga que embellece mi propio cadalso
de finales tan tersos y febriles como la seda.
 
Han de dolerme las glándulas dónde el alma
se esconde de las astillas y los platos rotos,
los huesos, las costillas, el neceser de sueños
que despertaron por terribles terremotos
y esta frialdad con la que conduzco mis días
en la espera libertaria de una soez cofradía.

Y mis besos colgados tristes en el perchero
designan la bajeza de aquel que a solas pretende
no caducar en tu boca en tiempos perecederos.

Tanta la razón la de tus ojos que a diario callan
la ausencia y la soledad de un abrazo certero,
cuando en mi nocturnidad desolada detallan
el duelo en que la muerte ha de perder primero
el rumbo que la conduce al más gris lucero.

Así las cosas por aquí y a estas horas,
cuando entre mis líneas apareces y rumoras.

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