octubre 02, 2014

Los diarios

Algunas veces
me contemplo
largamente al espejo
y no puedo más
que definirme
como un monstruo
de carne y hueso.

Quizá más de hueso
que de carne,
pero para tal efecto
es lo mismo.

Mi humor
ha sido siempre
un tanto ácido
y la sagacidad de mi mente
se activa y se pone a tono
ante cualquier eventualidad
de estupidez que cruce desventuradamente a mi paso.

Dios debió poner
un límite ante ello,
pero se dedicó a crear
la más potente inútil plaga
de todos tiempos
llamándola hombre.

A diaro miro los diarios
y he leído en ellos
una bitácora esencial
de una sublime idiotez:
hombres pretendiendo asaltar
con un cortauñas el banco, mujeres cruzando la frontera
con un medio kilo de polvo
metido en el coño,
ancianas mostrando
su desnudez a manera de protesta incluso niños
decapitando a cabrones
a cambio
de unas cuantas monedas.

Los diarios
deben ser
una completa antología
de la idiotez humana
sin que le otorgue
siquiera por ello regalías.

Espero nunca salir en ellos
ni dejar de verme
como un delgado monstruo
frente al soez espejo.

No hay comentarios: