octubre 02, 2014

Apaga la luz

Ocho para las once
mientras la noche
ya empieza a devorarme
y esta botella de ron
luce cada veinte minutos
más triste y más vacía.

No lo sé bien
supongo que todo
es más facil cuando bebo
aunque irremediablemente
más oscuro y más cruel.

Bah!

Yo no quiero que digan
después de muerto
lo bueno que era
yo quiero que diga la gente
que morí de poeta.

Pero aún falta tiempo para ello
me lo ha confiado la muerte
que se sienta conmigo a beber
la desdicha mezclada en el trago.

Ya son las once con cuatro
y yo debería dormir
como la gente decente
lo hace a estas horas
pero aún tengo esta manía
de beber cuando escribo
y encender mis cigarrillos
mientras espero por ti.

Apaga la luz
cuando termines de irte.

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