octubre 15, 2014

Inevitable

En mi estúpido afán
de hacer inequívocas diferencias
y embriagado,
he escrito terriblemente
más de mil poemas
que no valen siquiera
un céntimo de la expectativa
que otrora puse en ellos, enmarcando mi vida a lo loco
y en tonalidades amarillas.

Ayer mi talante febril y enamorado
buscó en un pecho sublime
caridad en favor de mis alegatos
sujetos a un caballo de sus crines
y buscó más que un amor
un brote de mansos jardines
sin calaveras alentadas con ron
a escribir un par de versos malos.

Hoy ya no busco nada
sino quizás la grandeza
de una irremediablente muerte
empotrada en la ebriedad
y en un cúmulo de estrellas
cansadas de su mala suerte.

Sin embargo, cada vez
es más notoria la cercanía
de su boca a la mía
y de sus manos buscando
un tal vez o un todavía
entre la brava inmensidad
de lo que no debe ser.

Pero aún soy un imbécil
tratando de hacer diferencias
inequívocas vendidas en oferta
y tu eres demasiado joven
y para mí, preciosa y bella.

No te quiero querer
ni que siquiera me quieras
ni que un día gris te descubra
el pecho revuelto en mis poemas.

Quiero evitar lo inevitable.

No hay comentarios: