Puedo compararte con la gloria
de aquel que después de perderlo
todo, se emancipa de la historia.
El manjar que tus manos ofrecen
a mitad de mi espalda erizada
de gato, en mis demonios vencen
la lontananza de calles eclipsadas
por el canto de la voz perenne.
Soy un encantador de serpientes
y en tu canasta de beldades
pretendo hacer que tu siempre
se arrope en mis fieras calamidades.
Y nunca he de ofenderme
caundo tu boca al trago
me incita a no defenderme
del desamor de futuros estragos.
1 comentario:
Veo una dulce mariposa se ha posado sobre ti.. :)
Enhorabuena!
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