Es en esta soledad donde ronda
enamorada la palabra recién
afilada, con el vientre preñado
de tinta negra y espesa sangre.
Como siempre he vuelto
los ojos al cielo esperando
que ceda y caiga a pedazos,
como siempre los cipreses
se levantan de las tumbas
en las que fueron enterrados.
Y es en esta efímera gloria
en la que nada sabe el que lee
del que escribe, donde alimento
mi alma y mi suerte a estas horas
pretendiendo que me traigas,
entre la boca y el pecho
en tan suave vaivén como el viento.
1 comentario:
Como siempre es un placer volver y leerte.
Un abrazo desde otra luna
Publicar un comentario