Casi no me queda nada
creo que de sobra lo sabes
la humareda azul en mi habitación
un par de tragos de esta botella
esta letra remarcada con las entrañas
y la luna abrazando mi corazón.
Hoy pude haber matado a alguien
sencillamente a cualquiera
a la chica del supermercado
al taxista, al vendedor de flores
al mesero, a la puta de la esquina
y entonces preferí recluirme
en esta habitación a solas
para beber los últimos tragos de la botella
y escribir en estas miserables líneas
una frase totalmente mexicana:
"Me lleva la chingada".
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