Dios está consciente
de que hay algo mal conmigo
una bacteria, un mal congénito
un deformado y gris cromosoma
no lo sé ni él lo sabe de cierto
pero ambos de sobra sabemos
que la locura en mí a diario se asoma.
Ya me bebí un six y terminé una cajetilla
de grueso y oscuro tabaco esperando
que la fortuna y la razón me lleguen
en esa noche que no me ha llegado.
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