julio 17, 2015

Tengo una botella

Tengo una botella que nunca se acaba
una ausencia carmesí en todos los bares
y una sonrisa para las más tristes putas
que en sus caderas el frío entrelazan
allá dónde la llama no encuentra lares
que propongan la felicidad en vil disputa.

Soy un bebedor de noche ensimismado
un dios que le escribe a la patria carente
un poetrasto de una estrella enamorado
que se abraza cada noche a su muerte.

Tengo un orgasmo atorado en la cadera
y un tesoro que te aguarda en mis sueños
ya cansados de levantes y tanta espera
a punto de eyacular mis blancos deseos.

Soy aquel que te abraza cuando el sol
se cubre de la inmensidad de la duda
que te descubre el llanto si desnuda
no sollozas tu llanto sin quien soy yo.

Y yo tan sólo embriagado te amo.

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