julio 16, 2015

Me aterra

Estoy sentado en esta silla de madera
desde hace un par de terribles horas
escucho un poco de música y bebo
mientras por lapsos intermitentes
me desnudo las manos y el pecho
y escribo esperando de ti la aurora.

Me aterra la soledad, lo sabes nena
sin embargo le invito cada noche un trago
mientras me mira febrilmente divertida
pataleando en las aguas del desencanto.

El mañana me pinta un parco carmesí
y las ventanas sin empañar de un taxi
que conduzca por caminos lejanos
hasta tu boca después de tu abrazo
creando revoluciones entre mis versos
y una bella caligrafía en mis trazos.

Me aterran las dudas, nena
por eso soy a diario y a sangre fría
el doble y certero cañón de una escopeta
que te quiere para mi y siempre mía.

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