diciembre 04, 2013

Te quiero

Todo resultaría más sencillo, si la nada
que rebusco en los bolsillos, hallara tu boca
y tu pecho en mi pecho en hondonada
no arrastrara del cuello su propia roca.

Pero nada de ello es verdad,
aún me queda por derribar la ausencia
y esta vileza aunada a la soledad
en la que preciso sin más tu presencia.

Eres hermosa y lo sabes, te lo ha dicho mi pecho,
mis manos cuando no te tocan, mis levantes,
mi letra en tinta negra, mis latidos por ti deshechos,
la garantía de mi pecho sin demonios como avales.

Y te quiero a tí, como quiero tu sonrisa,
como requiero tu pecho y la curva en ti cadera,
como pretendo arañar con mi silencio tu risa
sembrada en mi muerte en la lista de espera.

Pero te vi, aquel día, con tus medias negras
y el albor prendido a tus piernas y en tus labios
no pude menos que elucibrar tu voz en mis letras,
cuando el latido de tu ser brotó en mis manos.

Te quiero. muñequita de azafrán,
como quién quiere del amor
 el ritmo de una cadera que le prodigué la paz.

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