diciembre 06, 2013

Afónica perorata de mis días

Sigo siendo aquel tipo gris y es la noche
-la bendita noche- quien me da razón
de cirios apagados a mitad de un funeral
que no es el mío, mientras el sol esconde
un par de rayos y calla la voz cristalina del mar.

!Qué bien suenan las campanas de la catedral
armonizando el caminar de las putas del barrio
con sus tacones altos y su belleza del mal!

Pienso -mi cabeza es un estallido de balas
que no logran nunca su blanco-, y mi manera
de decir por más que quiera o requiera
y debido al trago, a menudo me resulta vulgar,
por más que la retórica sabida de reojo
me venga a dar clases y besos en la boca de quimera,
o se me esboce en la utopía de mis alas
cierta clase que me cerró en las narices
la puerta con la frialdad del hierro del cerrojo.

Pero tengo mi trago en la mano, mi tabaco
quemando su vida en el cenicero, recargado,
como quien recarga por un rato el alma en el atril
para sentir de la muerte carmesí, su tibio descanso.

A la luz inmersa en el rocío no le importa la cruz
ni cree en la esperanza traidora del libre albedrío;
no para los poetas, para los cínicos que escriben
su certeza, no para los que engrandecen su pobreza
entre la tinta negra que eyacula sin esperar críos;
y la nada no basta para hallar en ella certeza.

Hoy bien puedo decir que a mitad de la ausencia,
han de nacer islotes y en el pecho cúmulos de tierra
que buscan entre detonaciones paz en la guerra,
terrones de azúcar, palmadas en el hombro, la decencia
de que carece la etiqueta de aquel llamado poeta
y estas ganas de ser para ti, tu padre, tu hermano,
tu amante; el más deseoso y febril de los proxenetas
que tan sólo se conforma con el estruendo de tu risa,
con la talla de tus manos, con tu boca si me besa de prisa.

Sigo siendo aquel remedo de juglar que no canta
a sabiendas de su voz queda, un especulador de la sombra
que me mantiene sujeto al esplendor de la fiera seda
en la que el silencio teje su ruido e irrevocablemente te nombra;
sigo siendo aquel que te desea y entre letras se atraganta.

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