diciembre 07, 2013

Ante la quinta copa

Tuve oportunidad de ser grande
y la desperdicié ante la idea de ser
un remedo de poeta, un escribano
pretendiente de la mar y la mujer
que siempre busqué en tus labios,
y nada ha de reprocharme mi talante.

La vida es dura, bien lo sabes,
no por que mi cinismo así lo dicte
sino por que lo es; pero tenemos un tal vez
y esta mutua pasión que así lo describe.

He de quererte tanto, amor, tanto como el sol
calienta los cofres y los toldos de los autos,
tanto como la plegaria que busca redención,
tanto como el poeta requiere de fuegos fatuos.

Hoy dormiré tranquilo y esbozaré en mis sueños
la curva de tu cadera, el brillo y el sabor de tus labios,
el candor con que tus pechos me arropan de quimeras
que pretenden de ti este ser, que pretenden tanto,
como la  vida y el ensueño donde murieron mis sabios.

No hay comentarios: