Los ratones nunca duermen
o si lo hacen,
buscan las mismas horas
en las que duerme el gato
mientras el mundo imprudente gira
entre vicios y eternos alegatos.
Una botella de ron corona
la mesita de noche de mis días
embaucada a la red que pretende
atrapar mis demonios en cofradía
y sólo encuentra por doquier muerte.
Y por ello los ratones duermen.
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