mayo 10, 2015

Y yo por ello

Te has empecinado a buscar un arco iris
dentro de la gama de grises que cargo,
me miras, me abrazas, me esperas siempre
con la esperanza de que vuelva a casa
salvado de mis tantas y tantas serpientes
reptando por mi cuello a todo lo largo.

Bebo un whisky y en la boca un cigarro
me maquilla el aliento de la ausencia,
de las oscuras mariposas, de las sales de mar
que en su pecho me acoplan, de la tristeza
nacida como gemela, de esta mía necesidad
de buscar siempre menos peces y más pan.

Te has encomendado a ver si es que brillo
entre las sombras enlutadas de pasado,
a darme verdes palmadas en el hombro
y a no mirarme nunca como un fracasado.

Algunas veces lloro mientras todo duerme
por que me sé un alcohólico y un desperdiciado
que mira como es que el mundo sonríe
mientras yo navego mi barca embriagado.

No es nada fácil para mi, aceptar la plusvalía
del hombre común que engaña a su mujer
con putas ni desterrar de mi pecho la vocación
de poeta que escribe su corazón desde el ser,
desde la orilla de una cama que clama mujer
para tener razón inequívoca de la sonrisa.

Te has empecinado en buscar un arco iris
en aquel que nada puede sino de noche versar
la agonía de los que a solas beben y sienten
el mundo entero desde un distinto trajinar.

Y yo por ello
sólo vine a decir que te amo.

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