mayo 03, 2015

A sabiendas de ser un pelmazo

A sabiendas de ser un pelmazo
sin siquiera llamarte
sin besarte
sin tocarte
sin abrasar el abrazo que preciso
esta noche sin levante
estoy aquí
y en la batalla sigo.

Poco me queda según el vicio
de fumar mientras bebo
y de beber mientras más fumo
perdido en las ventanas del sueño
que miran los suburbios
en los que nazco cuando me esfumo.

Ayer le hablé al oído sordo de dios
y entre mis ganas imperiosas del grito
hube de comprenderme jodido y sin voz
bajo la escala de un re menor sostenido.

Estoy borracho y ciertamente taciturno
soltando versos a diestra y siniestra
metido en la desesperanza del que espera
una estrella convidando su halo nocturno
de besos tibios y fugaces de madreperla
pretendiendo la boca y lo que dios quiera.

Pero soy un pelmazo y el mundo me consulta
de las cosas que creen que yo cual pelmazo sé
a sabiendas de saberme un pelmazo sin cura
ante este sueño que basa su razón en el después.

No hay comentarios: