agosto 21, 2014

Quizá sea la muerte

Están por dar las diez
y ya se acurruca tibia
a mi lado la muerte.

Algo traigo últimamente
con los relojes incesantes
clavados en el pulso del ser.

No es nada,
un pasajero más
mirando desde la borda
el mar.

Pienso si podré algún día
retirarme del autoflagelo
de la letra y si con ello
se alejará de mi la bebida.

No lo creo.

Aunque ya otras veces
me han abofeteado
antiguos veredictos
por el tiempo resucitados.

Ya son diez
y el reloj me mira.

No se por qué
pero sonríe.

Quizá sea la muerte...

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