agosto 10, 2014

Escribe

Por la vieja usanza,
por la tinta,
por el papel,
por tu pecho y el demonio,
por aquella virtud extinta
llamada esperanza;
por los latidos de las catedrales,
por el realismo sobre lo barroco,
por el dios que prefieras
para regalarle tu espeso rezo,
por la vida vivida al ras y a lo loco,
por el bien que te hacen todos tus males.

Por ello mismo escribe,
no por la pretensión del poeta,
no por la carencia en la que se vive,
que afuera sólo sonríe el proxeneta.

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