agosto 20, 2014

Descansa mi amor

Ya borracho,
pienso entonces en el amor.

¡Nada más duro
que pensar en ello,
que sentirlo
carcomiéndome las manos
y las comisuras de los labios!

No todo en el amor es bello.

Existe la manzana prohibida
y con ella el desamor,
el desventurado desencanto.

Siendo a tientas
un asco de persona,
me jacto irremediablemente
a solas
de ser fiel conmigo mismo
y de haber amado.

Pues amé a ojos cerrados.

Y en mi pecho mil migajas
que vienen nocturnos a comer
los terribles y encantadores cuervos
hambrientos de mi ser.

Yo que tanto soñé con parajes
y desiertos callejones a oscuras,
con lozanas y violetas jacarandas,
con el despertar azul de Cantabria,
con chabacanos y bóvedas celestes
sujetas por fuerza a la locura.

Yo que me imaginé
junto a un caótico molino.

Y en mi futuro la desgracia
se bebe a sorbos la soledad
mezclada con mi leve gracia.

Pero amé a ojos cerrados.

Y ahora que nada queda
dormir es razón suficiente
para cortarme el sello inefable
de mi amor sobre la hermana muerte.

Descansa mi amor...

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