enero 14, 2012

Pretensión

Y uno inevitablemente
piensa; al despertar radiante
o vilmente reseco, al desayunar
frente a la mantequilla y el pan,
al encender el primer cigarrillo
del día, al término de la última
copa, al mirarse frente al espejo
esbozando en plena noche
la vana imagen de "gentleman".

Incluso el sueño no es más
que una degeneración
inconsciente del pensamiento.

Hoy pienso en la posibilidad
de dejar de pensar por un rato
y acariciar las estrellas
desde la inercia de un cuerpo
que pretende estar muerto.

1 comentario:

no es lo que parece dijo...

Hermosa poesía, excelente plan..
Besos