enero 21, 2012

El gusto de saberse perdido

No es la noche sino el frío
con sus millares de lenguas
y paladares a media luz viciados
degustando mi osamenta
sin clemencia por todos lados.

He buscado sin la esperanza
que trae la brújula, el norte
más cercano a la mirada
cuando luce desprovista
de matices blanquiazules;
serena y sin embargo tan cansina
después del tercer trago
y el enésimo demonio
aleteando sobre las cenizas
del hubiera empotrado en la razón
que conduce al desencanto.

Y sin embargo nada cambiaría
esta noche en que el humo en lo alto
me eleva a la nube más cercana
a la futilidad del fiero chubasco
que refresca en la piel los ardores
de lo que ha de embriagarme
de letras y sublimes pasiones.

No es sino el gusto de saberse perdido
mientras el mundo lentamente gira
sin saber de la noche que carcome
esperando a que enciendan la pira.

2 comentarios:

Cyborgoo dijo...

El gusto de saberse perdido, de sentirse liviano y aliviado. (Qué cabrón escribes!)

no es lo que parece dijo...

Qué cosas..yo también venía a escribirte sobre "el gusto de saberse perdido"..versos como imanes.. Muy buena, oscura y atrapante poesía.

Un abrazo