enero 18, 2012

Me distrae

Un perro a lo lejos ladra
y es molesto y me distrae
a las deshoras del viento,
en las que yace muerto.

Fumo un cigarrillo de nada
mientras veo su rosa en la punta
prendida y calcinante;
dios no es tan salvo
en la penumbra ni es grande
abrasado al candor de la noche
cuando más negra luce
y no se divisa cierto el levante.

Es un ladrido a la mitad fiero,
a la mitad triste,
como un lamento arrebatado
que me molesta
y me jode y me distrae.

Hoy vi una mano pidiendo
desesperada una moneda
-una mano de dedos viejos
y sucios, con las uñas largas-
y se la di al escuchar su plegaria;
esa misma mano sostenía
un cigarrillo de mejor marca
encendido que el que portaban
mis dedos de alma amarilla,

Y es la noche y es dios
y es la vida y es la mano
desesperada que me engaña
lo que ahora tanto me molesta
y tanto me jode por que me distrae.

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