enero 09, 2012

Para conciliar el sueño

Otra vez y sin quererlo
me han dado las tres
y la mañana espera el alba
como las aves sin ojos
que no saben a dónde volver.

Hay dos témpanos de hielo
escampando en mis manos
revestidas de voraz impaciencia
mientras gritan y segregan
la poca luz que me alumbra
a estas horas donde los gatos
son mansos por jugarse
la octava vida.

No me culpes si te pienso
enmarañado a un trago
para conciliar el sueño.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los gatos suelen andar por las noches.
La mejor opción es pensar en lo que deseas siempre y cuando esto no te robe el sueño.
Super beso Gabriel.
p/d No te creas demasiado eso de que eres "gato", date el permiso simplemente de sentir como humano.

perfecto herrera ramos dijo...

Me gusta este poema. Su propia brevedad marca la diferencia entre un poema logrado y la mera palabrería.
Este es un trago bien logrado, querido amigo.

Un abrazo.

no es lo que parece dijo...

Uno de esos lugares en los que uno se siente "como en casa"..me quedo rondando. Besos