Las montañas muestran cimas sombrías
y unos labios con sus besos perdidos
vagando en la noche tibia y silente,
las arboledas sus ramas vacías
después de haber vomitado sus nidos
tan de avecillas cantando carentes.
Hay un fuego en la lengua de los dioses
que furiosos tiemblan en las gavetas
cuando los amantes se aman precoces
sin resentir en el alma las grietas.
Un resquicio aloja luz blanquecina
en medio de una oscuridad blindada
de ayeres carcomidos por las plagas,
un par de alas a volar se empecinan
a cuesta de añoranzas empolvadas
y un fiero candor entre malvas dagas.
Hay un día en el que nunca anochece
y las sonrisas apuntan al norte,
donde nunca será martes ni trece,
donde las putas hallarán consorte.
Las montañas muestran simas sombrías
y mis labios con sus besos podridos
vagando en la noche tibia y creciente,
las arboledas mis ganas vacías
después de haber vomitado el maullido
tan malvado como el gato renuente.
Hay un rubor bajo el vientre marchito
esperando en tu carne vida eterna
y en tus pechos enraizarse bendito
al terminar de abrazarse en tus piernas.
2 comentarios:
Me ha gustado entero, sobre todo la primera y quinta estrofas, la sexta
No creo que los besos puedan pudrirse, escribirse así, pero sólo eso
La segunda es muy hermosa, la sexta, otra vez, y la tercera del de hoy, también la primera
Si sabes cuanto me gusta como escribes, GatoPardo, no sé por qué digo nada
Gracias, mi querido Poeta
Mi abrazo
Ío
Se me ha olvidado en "sí" entre "...así y, pero...", cuarta línea
Renuevo mi abrazo
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