mayo 20, 2012

A mitad de la noche

A mitad de la noche sucumben estertores.
mil mariposas bailan, los sabios sin más mienten,
las mesquitas se cubren de fieros pecadores,
los labios se sonrojan, el frío no se siente.

La puta muestra el alma bajo el mohíno escote,
el ladrón la navaja, los perros los colmillos,
la policía corrupta su inclemente garrote,
los gatos sus bigotes, los cielos sus ovillos.


El latir entre niebla que pronto ha de enterrarse,
la tinta siempre negra, los versos siempre ciertos,
el arrebato pueril buscando emanciparse,
la Luna buscando el sol, y el sol huir del desierto.

A mitad de la noche la señorita triste
tiende sin más la mano, cuando el pecho le late,
cuando sus avecillas no comen el alpiste
que a sus pies ha tirado la vida en disparate.

A mitad de la noche trae el viento del norte,
una mirada ahogada, dos latidos perdidos,
una última parada sin remedio en el corte,
de las venas plagadas, de recuerdos hundidos.



A la señorita de los ojos grandes que gusta de escuchar a los gatos...

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