La ciudad es siempre un ramo de rosas
rojas y en su mayoría marchitas,
es un rosedal con la piel escamosa
que de noche ante el frío tirita.
Algunas veces, las baña el rocío
después de una espera larga y silente,
y otras veces les refulge el vacío,
la belleza del que espera a la Muerte.
Y mientras tanto, silva el tren expresso
una tonada hermosa que revienta
la soledad con su carga de excesos
en busca de beldades magentas.
1 comentario:
Y mientras tanto el sol se muere..
Me recordaste esa cancion.
Rebelate!! Que aburrido es esperar muertes.. cuando se puede agarrar la vida a patadas ;)
Mi luz para ti!
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