mayo 25, 2012

Al otro lado de la Luna

Al otro lado de la Luna
se respira un sopor inclemente
entre la sombra de los fríos
que se entretejen en los labios,
cuando más arde el vientre;
el sol trastoca la piel
tan blanca como la nieve
y sin embargo los témpanos
a la cruel deriva no derrite,
ni sus rayos, como lenguas
adquieren la roja lascivia
que en el náufrago persisten,
después de un año sin Mujer
sin tener entre las piernas tregua.
 
Pero yo me siento al pie
de la escalera, miro sus paredes
tan encaladas de tristeza
con el óxido acumulado
en la punta de mi catalejo
y ahuyento a las palomas,
me recargo sobre los pesares,
le hago al poeta ensimismado
que sin más se tira de cabeza
dentro de su mismo espejo,
en medio de un vaso cargado
de la sal de sus propios mares.

Al otro lado de la Luna
no he de ser yo quien añora
la carencia de la ausencia,
ni son mis manos entumecidas
las que buscan cierta caricia,
ni mis miedos son los que erizan
de tus labios la comisura
que me llama enardecida
cuando es preciso armarte
a lo lejos, hecha trizas
y dispuesta a fundirte en el sol
sin reparar en las quemaduras.


2 comentarios:

Arya dijo...

"../Te dejo mi calor por si te enfrias
Si te hace falta el aire y mis caricias
Y para que me extrañes en el cielo
Deje una nube gris y un aguacero../"

Muy linda cancion... más, tu tan bien inspirado escrito.


Siempra hay tanto...de todo, tanto.

Mi luz.. para un buen fin de semana :)

Coeli L. dijo...

Al otro lado de la luna siempre hay otro acertijo que encontrar.

Mi abrazo azul aqui en ausencia