agosto 17, 2011

Mi colección de botellas vacías

Mi colección de botellas vacías
ha ido a parar al cesto de la basura
entre lágrimas jamás salidas;
a la luz de una Luna borrosa
que vive y sin más me desvive
a rastras de un dedo purulento
en la llaga
que sangra,
en secrecía.

Me debato y me entretengo
contando terrones de azúcar,
tan amargos, tan viejos,
tan olvidados en la despensa
que ese ratón por completo ha roído
sin tragar los poemas que no te he dado;
duro es pensar en inventarios
cuando no te tengo
y de la glucosa no soy partidario.

Aquel que me conozca
sabrá que no pido mucho,
que me basta Baudelaire y Sabines
en una noche como esta
que se aferra a mirar demonios
fornicando en pleno viento,
inmerso en un trago de ese elixir
macilento entre sábanas tan blancas
como los muros de los que tanto rehuyo
hasta no saberlos, mi última morada.

Sabrá también de mi aura envuelta
en denso humo, de mi eterno tabaco,
de mis malas mañas, esas de ser
poco más que pasante de suicida
sin navajas ni valor para el tiro de gracia;
un muerto con la mirada empañada
ante sus deudos desconcertados
de seguir escuchando vivo su pecho.

Y de mis rimas, sosas y burdas,
las que yo mismo nunca he buscado
sino que en mi favor llegan y seguirán llegando.

Será una maldición contraída en pasadas vidas,
algún pecado descomunal concebido
a plena luz del día, un derroche de maldad
y malos tratos a una indeleble deidad
encarnada en pechos de Mujer;
no lo sé,
mientras sigo en pie a la sujeción
de los tiempos y tentado cada vez más
entre trago y trago a la renuncia del ser.

Mi colección de botellas vacías
ahora bajo la lluvia llora,
empobrece los quedos cantos
de guturales providencias
mientras me hallo sin cobijo,
metido en esa luz vana y sombría
desde su propio centro;
siendo que soy y no soy
dureza de piedra y de barro amasijo
sin mayor vocación que amagar
en letras deslucidas el llanto.


1 comentario:

Coeli L. dijo...

Una colección, un inventario de nostalgias que llega y se instala.

Lágrimas ausentes que como fantasmas estan ahí... entiendo.

Un abrazo de luna que llegue hasta tu tejado.