Que el diablo me lleve a los confines apartados,
a las grutas sulfurosas del fuego enraizado
bajo los pies, al último y divino estertor.
Que dios no me venga con cuentos atolondrados,
de Caínes y Abeles en tiempos manchados
de pobredumbre, de un panorama desolador.
Que no me pille la causalidad hecho trizas,
antes que la casualidad me vuelque en cenizas
resecas, que se lleve el vendaval aturdidas.
Que este trago que se aferra a mi mano me encienda
la mar que traigo dentro y que nada me ofrenda,
al oleaje agreste de estas aguas tan tupidas.
3 comentarios:
ufff andamos con los cascabeles llenos de herrumbre... yo la primera
Un abrazo enorme
que así nos sea
También quiero que me lleve
yo, Gabriel, gracias por lo que me escribiste
y quiero volver, pero me duele demasiado estar allí, está todo, todo está allí, y en mí
y la luna llora sin remedio, sin encontrar luz
lo siento
lo siento
lo siento
un beso, Gabriel, un abrazo
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