Tengo a mis pies la noche que todo ensombrece,
la que todo abraza sin culpa alguna, ni memoria
esporádica que le de a sus amantes mejores tratos.
Yo soy uno de tantos, simple mortal, mundano
y desgarbado que se sabe aún tibio y vivo,
por que escucha su propio pecho latir con fuerza,
enamorado de la más blanca y lejana estrella
que el implacable horizonte, hoy me muestra
mientras al pie de la escalera, fumo las tinieblas
y bebo el aire hasta mi llega y tan solo me refresca.
Y la tengo ahí, postrada esperando el romper del alba,
la primer luz de la mañana que sin más le arranca
al soñador, hoy libre y sin líos, sin negras marañas.
3 comentarios:
Me tomo un café en tu honor en esta mañana que deja atrás la noche anterior.
Chinchin
Creo que sólo serás libre hasta que vuelvan.
La noche y la luna comparten contigo su tiempo.
Magnífico poema, señor GatoPardo
Un abrazo, Gabriel, un beso
Ío
Te dejo un abrazo tierno esta noche...
Mi luz llena de descanso para ti :)
Publicar un comentario