enero 10, 2011

¿En qué momento la noche se viene encima?

¿En qué momento la noche se viene encima?
No hablo del estallido voraz de las sombras
que todo carcomen ni esa Luna que nombra
a los muertos ya vueltos polvo sin estima.


Es la vida, en su fase más baja; dormida
la masa amorfa en blandas camas, con almohadas
que nada cuestionan antes de la alborada,
cuando declina la luz, triste y rendida.

Es el amor, así tan sólo o con prefijo,
que al final del camino, habrá de dar lo mismo
si resultó bello espejo o cruel espejismo,
o al cabo si encontramos en él escondrijo.


Es la razón siempre ascética, sin cabeza
ni manos ni pies, con el cuerpo trasmutado
afirmando lo que es y lo que no es, negado
a fuerza de querer encontrar la certeza.

Es el vicio, que desencaja y no parte
al sur ni al norte, ni a caso busca rincones
donde alejarse del bullicio y de dones
maquillados que no representan baluarte.


¿En que momento la noche se viene encima?
No hablo del silencio, con su estrépito fatal
que inunda las horas ni su cobijo glacial
en que tiritando, la voz halla su sima.

Es el dolor, la misma hoguera que no quema
sino que apenas chamusca; la guillotina
con su navaja que no corta las anginas,
pero marcado ha de dejar, sutil edema.


Es la duda, encantadora que se empecina
a tirar del brazo y colgarse, perdida
en ese universo donde nunca es vencida,
donde nimba al incauto con luz ambarina.

Es la tinta, que corrompe el papel en trazos
anárquicos y huraños, incontenibles
como abrir los ojos al despertar, terrible
condena que ha de llenar la hoja de arañazos.

Es lo perdido, que reclama su presencia
y toca esa puerta que jamás será abierta
por ser ya, recuerdo vago, imagen incierta
hecha trizas, triste, mendigando clemencia.

¿En qué momento la noche se viene encima?
Dime tú, Mujer, que serás por siempre, origen
y final dulce, si son tus caderas que rigen
mi verso, o si en plena noche, hallaré tus cimas.

5 comentarios:

Sabina dijo...

Aunque tú me hayas dejado a mí y a mi mediocridad nocturna, no pude ni puedo dejar de leer estos versos… y no importa en qué momento la noche se viene encima, sino la noche en sí, que llega… un abrazo. Sabina y María.

Elena dijo...

Me parece que hay algunos poetas que viven en esa noche eterna.
Suerte para lectores, maldición para escritores.

Charcos dijo...

a mí me da la sensación que me persigue en todos los minutos en todas las horas, desde mis madrugadas a mis oscuras veladas....

abrazoss

perfecto herrera ramos dijo...

Le he leido con mucho detenimiento, lo he vuelto a releer, y cuanto mas repito el gesto, mas me gusta lo que leo.
Debo decirle que este es un poema de altura, de gran creatividad, de lirismo sin par. Y que desde su tejado la noche se va haciendo cada vez mas explendente.
Mi mas sincera enhorabuena.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

La noche se nos viene encima, cuando abrimos los ojos y vemos lo que antes negábamos.
Cuando nos conformamos, y preferimos adaptarnos antes que luchar por lo que en verdad queremos.
Llega un punto que se nos viene la noche encima, como también, el peso del amanecer.
Besos Gabriel.