enero 07, 2011

Desempolvé la Guitarra

Desempolvé la guitarra
y le acuse un par de notas encantadas
al mar que yace ahí,
de mí siempre tan lejos,
con su eterno oleaje
que todo invade y sin embargo,
no me hago escuchar.
Y sonó en su canto de olvidadas caracolas
un re menor colgado a un arpegio
que desde el mismo inicio,
pretendía ya un rotundo final,
de ecos perdiéndose tras esa noche
que me engulle como la serpiente
que consecuentemente,
baja por mi pecho y se anida
en el hueco que hacen mis manos,
cuando más arde mi propio sentimiento
como queriendo ser por la pluma,
vilmente expulsado.
Desempolvé la guitarra
y le canté bajito
y la acaricié
y la llevé después del brazo
a que mirará el cuarto de Luna
que asomaba entre el espeso cielo.
La miramos, ella desempolvada
y yo, hecho más nada,
sin mar donde naufragar
ni voz siquiera para cantar.

5 comentarios:

Pat.mm dijo...

...y juntos experimentasteis la soledad,
soledad compartida,
soledad amiga.

Saludos,

Elena dijo...

hay objetos que somos nosotros, y él, y ella, y los otros...
hay personas que son objetos

Besos

Anónimo dijo...

Tal vez la próxima que quites el polvo de la guitarra, intentes darle una combinación mejor de sonidos.Gabriel, esto es a gusto de cada intérprete.Tu puedes sacar la mejor melodía, con tan solo desearlo e intentarlo.Besote

Charcos dijo...

me llevaste a soñar que quizás nacería alguna canción o al menos un compás

mencantó !!!

Ío dijo...

La guitarra, ella, con su cuerpo de mujer, y tú, los dos mirando el cuarto de luna, y no había nada más que ese silencio que en tu voz se quiso esconder.
Una hermosa intimidad siento al leerte, Gabriel, siempre; gracias
Un abrazo, un beso

Ío