Dónde pudiera yo hallarme, en la copa,
en la danza del buitre, en la humareda
que alrededor de mis días se enreda,
en un verso soltado a quemarropa.
Dónde pudiera yo, mi vicio amainar
en plena noche, con su luna en plata
y mi corazón que late y mata
enlutadas virtudes a medio andar.
Dónde pudiera yo, quirtarme la piel
bajo un manto tibio y amigable,
bebiéndome una razón razonable
para pasar la pesadumbre de la hiel.
Dónde pudiera yo, mirar completo
el amanecer cuando el cielo estalla
en luz y todo baña; fiel metralla
en contra demonios y esqueletos.
Dónde pudiera yo, cercar levantes
dispuestos a huir, de esas nubes de alquitrán
revestidas, cual místico talismán
esperando las sombras trepidantes.
Dónde pudiera yo hallarme, en el llanto
contenido, en el árbol que ha secado,
en la eterna hojarasca del pasado,
en el que otrora, en mi nocturno canto.
Dónde, dónde yo pudiera, alzar vuelos,
revolotear cenizas, ser y no ser,
vislumbrarme en tus ojos sin perecer,
sin saber mis pies atados al suelo.
3 comentarios:
donde puedieras
estuvieres
Yo no lo sé, y seguramente sea imposible encontrar ese "dónde" y otros parecidos.
Sólo en poesía.
Un beso, Gabriel
Ío
Busquemoslo. Seguro que tiene que existir. Un placer leerte.
Un abrazo, gabriel.
Publicar un comentario