septiembre 16, 2014

Aquí debo quedarme

La bombilla alumbrando
una habitación fría y rojiza
guareciendo un pecho
tan mal encausado al amor
que ama con garras afiladas
entre recuerdos cenicientos.

Este debe ser el último poema
que te escribo entre las fauces
de un demonio que me cercena
y conmigo no hace las paces.

Aquí debo quedarme
con mis fieros amaneceres
con mi voz queda
con mis cuadernos y mi tinta
con mi variedad de licores
con mi mochila al hombro
con mi juventud casi extinta
con mi verso, con mis ganas
con mi azul estrella
con mis dolores, con mis sudores
con todavía un millar de te amos
partiéndome el pecho y las alas.

Aquí debo quedarme
con mi ausencia de ti
y después las manos callarme.

Nunca he sido bueno
como lo pretendían mis padres
ni logré sus propios sueños
en los que me alcanzaba la grandeza
de los que no tienen ya sueños.

Y es entonces cuando la frase
"Aquí debo quedarme"
me suena tan real y tan certera.

Aquí debo quedarme amor
aquí, con todas mis cosas
en este soliloquio sin ti.

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