febrero 11, 2014

Perdamos todo

Perdamos el pudor y los buenos modos
metidos en la noche más negra y desierta
por donde andan distantes de sí los locos.

Perdamos la gracia y ganemos arrugas
surcando nuestras manos y los ojos
recién sacados no podrán darse a la fuga.

No es cosa del pecho la forma y el estilo
con el que las palomas emigran fugaces
hacia los montes donde la flor precisa un filo,
hacia las laderas donde los soles audaces
logran hacer que no los queme su propio rojo.

Perdamos la esperanza de la letra y la palabra
dispuesta en el filo de una copa de licores
que elucubra un pasado que en demasía sangra.

Perdamos el significado de anteriores grandezas
acumuladas en los párpados cuando las flores
jamás pensaron en cortarse de tajo la cabeza.

Embriagadamente deshecho y por demás podrido
me entretengo en el verso y en la sal que va rodando
desde el inicio de un arcoiris bicolor envilecido,
desde el ayer que terminó por el futuro clamando
por sonreír a mitad de una docena de estertores.

No hay comentarios: