Tengo dos motivos arraigados
a mitad de la garganta,
el uno es la vida atragantada
y el dos es el humo inveterado.
Pero soy un simple mortal
que cuando yace medio borracho,
sufre del recuerdo empacho
y de las manos lo letal.
Peor sería ser feliz, amor,
a pesar de tenerte cuando no te tengo
agitando en la noche un clamor
que ha de ser hierro al rojo vivo,
cuando de las letras que escribo
me sostengo y me entretengo.
Tengo un sueño encallado
en la bahía que recubre tus senos,
tengo un corazón emancipado
de tu vientre y sus adentros,
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