enero 22, 2013

Intentando dormir

"Pero aprendí a tragar balas y golpes diestros de machete sin siquiera del agua un sorbo, a curar las heridas abiertas a mitad de una terrible resaca siendo domingo por la mañana, escuchando las clericales campanas
a fuerza de badajos que nunca han hecho más que embrutecer el alma..."

El fin será siempre el comienzo,
y así, lo supongo, viceversa.

Tengo una maldita manía,
una fe a todas luces errada,
una deuda nocturna y sumisa
con la tinta negra y los papeles,
un arrebol en tonos grises,
un misterio enredado en los dedos
y la autenticidad de mis oropeles.

Y he de temblar ante mis sueños
por que no terminan al despertar
con esa luz ingenua de la mañana,
y he de tomarme el pulso cobarde
a costa de relojes que nada saben
de lo que hacen naufrando en la caña.

Mi caligrafía tan informal casi perfecta,
estos labios que siempre elucubran besos,
un avecilla parda que no viene ni va
a ninguna parte, ni a ningún lugar,
un resplandor tibio y desconocido,
una rosa que sigue recogiendo los pétalos
que ha dejado desperdigado en la senda
que le espera con la frialdad de la sal.

Más de mil veces he muerto sentado
en esta silla en la que mi pensar malsano.
intenta irremdiablemente dormir
alejado del ser y del suntuoso devenir
de soledades añejas aunque ciertas,
pendiendo de una soga entre puertas
que sólo intentan a luz de Luna sobrevivir. 



1 comentario:

Anónimo dijo...

So imbécil!