enero 15, 2013

A mi favor

A mi favor la noche insomne,
el taxista que a casa me trajo
un poco borracho pero a salvo,
la catorcena con sus días festivos
tan triste y vilmente laborados
y estos gusanos que me carcomen.

La sensibilidad de aquella Mujer
de Venezuela que es mi jefa
y agradece remunerando
con esplendor en mis bolsillos
sin saber siquiera de mi ser;
el whiskey, la catedral desierta,
el colibrí que se detiene volando
para enraizarse entre mis ovillos.

El esplendor de la Musa más bella
que a lo lejos convida su aurora,
el viento que sopla con feroz brío
para mostrarme ciertas estrellas
en los que mi alma posó otrora
huyendo de la tiranía del frío.

A mi favor el recuerdo en turquesa
mostrando lo pude ser y no soy,
sorteando las mezquitas y la maleza
que me reclaman si ahí no estoy,
este viento que me trae tantos huesos
colgados  a esta deuda de mansos besos.

Tu mirada eclesiástica en la mía,
tu mano en mi raquítica espalda
esbozando una tenue palmada,
tu beso en mi frente cual amnistía,
si rememora inocencia bajo tu falda
entre la caricia sí, he de hallarte sentada
bajo la fertilidad de un manzano azul,
y tus pechos recubiertos de cielo y de tul.

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