junio 11, 2011

No me ha matado

No me ha matado este insomnio vil y recurrente,
ni siquiera el verso, a pesar del dolo marcado
entre las manos y el latido maniatado
de este pecho maltrecho, enajenado e inclemente.

Sigo bebiendo del vaso, en busca de aquel cantar
que halle el eco en el blanco, en la cima de tus montes,
en tus caderas a la distancia de horizontes
expuestas, al sol que te hará hermosa despertar.

Te atrapé un buen día de Luna en lo alto, clara,
radiante entre tu sombra febril y nacarada,
empuñando belleza en mi espalda como vara

que a media noche me deja el alma flagelada
siempre dispuesta a ti, a tu vientre empeñado en aras
del que soy pagano, de alma sutil, consagrada

a libaciones que entre tus muslos militaran
si la mar corriera mansa, tenue, embelesada
si mi verso un amor a lo lejos no trazara.

3 comentarios:

Arya dijo...

Que decirte.... espero que tus versos lleguen mas haya de la Luna.. y hasta sus entrañas..

Una caricia.. siempre.

Mondragón de Malatesta dijo...

No me he matado, sin embargo he muerto. Después de tantos años regreso aquí, estimado, como siempre, es muy grato leerle. Un abrazo para su pluma.

Ío dijo...

No debería escribir nada, tu poema casi lo dice todo, o todo.

"... si la mar corriera mansa, tenue, embelesada
si mi verso un amor a lo lejos no trazara."

Blanco.

Gabriel, mi abrazo, mi beso

Ío