En el cielo, el rumor de las olas
viene desgajando el consuelo
de una boca que resuena
alzándose entre las sombras,
que marca ritmo en el silencio
albergando a estas deshoras
su nítida humedad y su belleza
enmarcada, a lo lejos, en una caracola.
Disculpa mi sinceridad,
estos versos no pretendidos
plagados de un vulgar final.
Afuera levemente llueve,
y aquí algo más
que el alma se me abulta.
1 comentario:
Creo que no hay nada que disculpar, y sí mucho que sentir.
Un beso, GatoPardo
Ío
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