junio 27, 2011

A la memoria de un perro

Bien es cierto que he llegado
hecho un guiñapo,
que la lluvia que no cesa
me mantiene siempre alerta
cuando es más frío el verano.

Y estoy inmerso en el torrente
de las luces artificiales,
en estas manos mías indecentes,
con sus ganas que no son frías
pero que siempre embriagadas de ausencia,
se me hacen presentes.

Hoy vi como era despedazado
el cadáver de un perro
en la indiferente calle,
bajo las ruedas de los automóviles
le salía el alma a borbotones,
mientras seguía pensando
en la mía hecha jirones.

2 comentarios:

Indie_girl dijo...

Entrada dura, pero bonita, a la vez.

No todos los lectores que se pasan por mi "diario" quieren decir algo. Algunos simplemente leen.

A veces es complicado comentar.

Volviendo a la felicidad...yo prefiero no pensar, simplemente, tengo tanto miedo de perderla que no me importaría morir ya, sabiendo que he podido ser feliz...

Un abrazo y gracias por seguir pasándote por el rincón de mis pensamientos.

Ardaire dijo...

Hola Gato!
si estuvieses más cerca podríamos intentar musiquear poemas..tienen ritmo esas letras.

Un abrazo