julio 27, 2013

Tres

I

Te imagino como la mariposa
silvestre que ayer me rondaba
el alma sin esperar el alba.

Así, sin añadir
siquiera algo más.

Lo sé de pronto,
me lo dijo el mar.

II

Tengo unas ganas
rayando en lo inevocable
de su boca y su tibia cama,
y ellas mismas son irrevocables.

Algo me dice, quizás el ron,
que debo irme a dormir
sin pensar en el corazón
ni en el más triste fin.

III

Y es mi futuro
por propia conveniencia
quien esconde el pan duro
y la sal de la despensa.

Y es tu extraña locura
quien determina
mi alborada prematura.

IV

La misma mesa y el mismo bar,
la misma boca entre mi boca,
las manos entrelezadas,
el fuego de tanto abrazo,
tu cadera en mis ganas más terribles
de ser un sueño elucubrado,
la noción de un par de horas añejadas
sembrando sin yunta verdes prados.

V

Hay dos finales que me persiguen
los pies y la letra vencida,
un predador entre la ausencia
y la caricia tornasol prohibida,
dos grillos que cantan dispares
en la glorieta donde el vago acampa
soportando todos los mares
y una muerte en su pecho como estampa.

Hay cosas que aún me importan
cuando soy lo que no soy,
hay lugares en los que nunca estoy
y otros donde tus labios me nombran.

Y cuando compartimos la espera
he de ser yo quien prefiere la hoguera.

VI

Dios nada sabe del manzano
que me brinda una febril sombra
a pesar de la plaga del gusano.

Yo soy de aquellos que nunca
cierran los ojos cuando besan
ni acaparan la atención del diablo
con una escopeta en la nuca.

Yo sólo soy el loco enajenado
con tus ojos si la luna miran
latiendo un mundo gangrenado.

VII

Del aguacero las primeras gotas
son las que sacuden e irradian
mis más sentidas y clandestinas notas,
sin saber siquiera dar las gracias.

Tengo una letra y un verso de pacotilla
poniendo un cierto norte a mi quilla.

De las noches más desiertas
he de sacar el alma del tintero
pregonando una mejor era
entre las fauces del can cerbero.

Tengo necesidad del crujir de huesos
y besos reinventándose como nuevos.

VIII

Hablando frente al espejo empañado
por tanta ausencia y fiel desengaño,
he vuelto a ser aquel tipo de humo
que ha de vivir mientras me esfumo.

De nada sirve un te quiero en las costillas
cuando vacilo como las incandescentes bombillas.

IX

Barriles de fondo,
una pareja distinta
en la mesa contigua
y este suspiro ahogado
en tu cintura tan hondo.

La banda tocando
aquellas canciones
que no te he cantado,
el camarero despistado
que no acude a calmar mis ansias
con la presteza del trago.

Tu cuerpo rozando el mío
entre las bajas luces
de la Muerte y sus críos
sin la razón de tus cruces.

X

A pesar de tantos años
sigo siendo aquel imbécil
que recolecta ambrosía de los daños.

Habrás de saber ya que suelo
entre el infierno y el cielo
caer con el preso del estaño.

1 comentario:

Arya dijo...

Ese V parrafo lleva bien tranzadas letras... Largo Tres he de decir.

Y si Sr Gato, hay que seguir mintiendole al viento... para que nos muestre la verdad.


Una mirada desde mi norte. Sonrie :)