Después de muerto,
con mi chaqueta negra
que ha perdido mil batallas
y este latido en metralla,
he venido a apostar
la terrible daga
que me dejó tuerto
y vacilante ante el frío
que se aproxima
a los huesos como plaga.
Por que me miras
a pesar de la sombra enjuta
que acontece mis hombros,
en la desesperanza maldita
de esa esperanza en cinta
que ha de parir entre escombros
del manzano su pécora fruta.
Y tus muslos abiertos reclaman
mi luz y mi verso enreverado
cuando tu nombre clama
por ser en mi ebriedad venerados.
Pero muerto estoy, como los dioses
a los que no les llegan guirnaldas
ni el aroma insurrecto de las flores,
como la noche más fría apagada
en el lecho de incandescentes amores.
Y eso me duele Mujer,
si es que para ti escribo
pretendiendo que vivo,
huyendo a toda costa del ser.
4 comentarios:
Vengo a dejarle flores a este muerto tan vivo que eres..!
Ojo que sigo cerca desde mi lejania..
Caricias y sonrisas siempre :)
De verdad, que cada día que pasa, lo se, he de deberte un poco más...
Gracias Arya, por las flores que acompaño con incienso!!
... con lo que me gusta el incienso :)
Esa chamarra negra ha de contar un buen de historias. Quiero conocerla.
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