octubre 24, 2012

Hay más que un verso

Pero hay una piedra en el camino,
un lodazal espeso, una debacle,
y estos pies tan míos
que a menudo marchaban contigo
no tienen ya la fuerza ni el temple
para recorrer este laberinto,
en donde a tientas me encuentro
con la voracidad de la ausencia,
con la necedad vuelta necesidad
de un trago entre noches silenciosas
en las que brindan conmigo
los demonios y esa mitad de mi
que murió en el pasado efímero.

Por que de humo soy
y nada miro cuando me acerco
a cercenar en tus ojos mi reflejo,
cuando pretendo después del alba
anudarme la corbata y convertirme
en el hombre de bien
que ambicione bajo la piel,
del presente su deseo.

Pero pierdo la voz
entre caña y alquitrán,
entre mansas mareas
que no vienen ni van
con su eterna canción
de grises odiseas.

Y no creo en la blanca verdad
de un vuelo de palomas,
en los pechos de esa Mujer
que me abraza ardiendo
en su ansiosa necesidad
de creerme poeta,
en esa obtusa levedad
de lo no podré ser.

Pero hay más que un verso
saliendo de las sombras
a mi inevitable encuentro
cuando es esta boca
la que sufre sin besos
entre la noche que te nombra.

Pero hay una piedra en el camino,
un estertor de precoces moribundos
atados a un precario destino,
un vicio triste y nauseabundo
errando bajo calamidades
revestidas a media luz de deidades.

Y cuando no has de leerme,
sólo me basta el cinismo
de este latido perenne
para acabar conmigo mismo.

1 comentario:

no es lo que parece dijo...

Y sin embargo la belleza también es gestada en la oscuridad..con versos que lo prueban..

Un abrazo